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Reportaje
demás, la Responsabilidad Corporativa y
la Integridad de las empresas son cada vez
más exigidas por los inversores, analistas y la
Asociedad en general. Son también medidas a
través de Índices Internacionales de reconocido prestigio.
La exigencia se extiende a toda la actividad realizada por
terceros, por lo que los responsables de las Contrataciones
Externas desempeñan un papel determinante como trans-
misor de dichos compromisos a la Cadena de Suministro
y como garantes de sus buenas prácticas.
A todo lo anterior, hay que añadir el entorno cambiante
en el que operan las compañías, los distintos ámbitos
geográficos en los que realizan sus operaciones y la cons-
tante relación con terceras partes –socios, proveedores,
clientes, etc.—. Todo ello pone en riesgo a las empresas
ante distintas situaciones, y hace necesario establecer los
principios básicos de un modelo que dé cobertura frente a
las principales problemáticas legales y reputacionales.
“Para cumplir criterios de
Compliance, las Unidades
responsables de la Contratación
Externa deben incorporar en
sus actividades procesos de
evaluación previa de proveedores”
Las buenas prácticas en esta materia, hacen de la corrup-
ción y la reputación un asunto cada vez más relevante,
debiendo asegurar unos mecanismos de control adecua-
dos. Por lo tanto, debemos estar más atentos que nunca y
reforzar las líneas de defensa de las compañías.
Las empresas, en su compromiso con la integridad y el
cumplimiento legal, deben establecer modelos de control
con objeto de prevenir y detectar conductas delictivas en
el seno del grupo. En este sentido, un Modelo de Preven-
ción Penal bajo el que se incluye un modelo anti-fraude y
anti-corrupción, permite cubrir los diferentes elementos
necesarios para acotar el riesgo, entre otros, de operacio-
nes con terceros. El nivel de cultura corporativa y el de-
sarrollo de Políticas y Procedimientos específicos es clave
para el cumplimiento de objetivos en esta materia.
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